Resumen de la jornada sobre el uso responsable de las nuevas tecnologías por los menores
Hace unos días tuvimos la oportunidad de asistir a una jornada sobre el uso responsable de las nuevas tecnologías celebrada de manera conjunta por el Ayuntamiento de Pozuelo de Alarcón y la Fundación Legálitas en el Instituto Gerardo Diego de dicha localidad madrileña.
El objetivo de la jornada era el promover un uso responsable y seguro de Internet y las Nuevas Tecnologías especialmente entre los niños y los adolescentes. Como estas cuestiones afectan no sólo a nuestros menores, la jornada se organizó con un programa doble en el que por la mañana se impartió una charla para los alumnos de secundaria y por la tarde a las familias y al público en general.
Entre los ponentes se encontraba Sara García, responsable de la Fundación Legálitas, Fernando Lanchares, experto en nuevas tecnologías y Enrique Rodríguez inspector jefe de la Policía Judicial del Cuerpo Nacional de Policía.
La jornada arrancó con la proyección de unos vídeos de la campaña promovida por la Fundación Legálitas y la Fundación Deporte Joven por la Seguridad en Internet, en el que distintos deportistas, que despiertan siempre gran interés entre los más jóvenes, les hablaban de la importancia de la seguridad en el uso de Internet y las Nuevas Tecnologías con un mensaje distinto al que en ocasiones se les presenta y que no pretende asustar ni meter miedo.
Estos vídeos dejaban una serie de mensajes directos, entre los que destacamos:
- Avisar a padres o profesores en el momento en que se sientan amenazados.
- Que guarden su privacidad y no revelen sus claves a sus amigos o compañeros, ni revelen a terceros desconocidos sus propios datos personales.
- Que para que nos respeten, primero debemos aprender a respetar a los demás y nunca ser cómplice reenviando contenido o información que pueda dañar a otras personas.
- Que cuando estén delante de un ordenador, no vayan tan rápido que acepten a personas como amigos si son personas que realmente no conocen. Deben configurar de manera correcta su privacidad en las redes sociales que utilicen.
- Que en el caso en que reciban un correo o un WhatsApp que les puede hacer sentir incómodos o les causen vergüenza, en ningún caso contesten y siempre acudan a sus padres o sus profesores a contarlo .
- Y en definitiva, que no cuelguen nada que no pondrían en el tablón de anuncios de su colegio y que se comporten en Internet de la misma manera que se comportan en la vida real.
Posteriormente los ponentes abordaron el uso de las Nuevas Tecnologías enfocándolo hacia los distintos problemas que un mal uso puede provocar, identificándolos y diferenciando los 3 principales:
- Ciberbullyng. Se define como el acoso “entre iguales” en el entorno TIC: chantaje, vejaciones e insultos de niños a otros niños.
- Grooming o ciberacoso sexual, se puede describir como la forma en que algunas personas se acercan a niños y adolescentes para ganar su confianza, creando lazos emocionales para posteriormente poder abusar de ellos sexualmente.
- Sexting. Que consiste en el envío de contenidos de tipo sexual (principalmente fotografías y/o vídeos) producidos generalmente por el propio remitente, a otras personas, generalmente por medio de teléfonos móviles.
El acoso en internet no tiene límites ni horarios, no hay una casa o “un fin de semana en el que refugiarse”.
Debemos tener especial cuidado porque igual que el acoso escolar se puede limitar en parte al horario de la escuela, cuando ese acoso se traslada a la red, no hay horarios ni imite espacial de tiempo. El menor acosado en las redes sociales lo sufre de manera permanente, no hay noches o fines de semana en los que el menor se puede refugiar lejos del alcance del acosador del colegio.
Además, la difusión tiene un alcance mayor ya que no se limita única y exclusivamente a un grupo, a una clase o incluso a un colegio, todos sabemos que la difusión en Internet tiene un alcance enorme.
Por ello a medida que a esas edades empiezan a navegar por Internet, hemos de controlar el horario y el uso ya que en la red no hay un límite espacial de tiempo.
Detectar las señales del acoso: el deber de vigilancia y de educarlos.
Hemos de estar alerta a las señales que nos pueden indicar que algo pasa, teniendo siempre presente que como padres no podemos obrar por omisión ya que tenemos el deber de “in vigilando” e “in educando”.
En definitiva, debemos informarles y educarles en todas estas cuestiones y en que hagan un buen uso de las tecnologías. Se hizo hincapié en la responsabilidad penal que los propios menores asumen a partir de los 14 años aunque la responsabilidad civil recaerá sobre sus padres o tutores legales.
Se comentaron datos que no dejan de sorprendernos, como que el 50% de los menores de entre 11 y 16 años no saben configurar su privacidad en las redes sociales que utilizan, y es que cuanta más información suben, cuanto más se utilizan las redes sociales, más confiados se vuelven porque ellos “controlan”.
Conclusiones:
¿En qué momento están preparados y se pueden iniciar en Internet y Redes Sociales?. La cuestión es que en el momento en que consideremos que nuestros hijos están preparados para iniciarse en el mundo de Internet, al igual que en cualquier otro aprendizaje, necesitarán hacerlo de nuestra mano, necesitarán que se les establezcan unas reglas de antemano bajo un canal de comunicación permanente con ellos.
Debemos vigilar su privacidad, estamos obligados a configurarla con ellos, debemos controlar su adicción, vigilar los peligros a los que se exponen como el fraude o el acceso a contenidos inadecuados (páginas web que les dan consejos de cómo adelgazar o como fabricar un petardo….)
Engañar a un menor es relativamente fácil. Un ejemplo; seguro que nosotros no haremos ningún caso a una ventana que se aparezca misteriosamente en nuestro ordenador y nos diga que somos el visitante un millón y que facilitemos nuestros datos para entrar en un sorteo de un maravilloso “iPhone” de última generación, pero ¿ellos facilitarían esos datos?………
Finalmente recalcar que ese deber de vigilancia también hay que trasladarlo para el caso en que sea nuestro hijo el acosador, que por muy duro que sea, se puede dar el caso ya que para que alguien sea acosado alguien tendrá que acosar.
Una vez que tengamos claras todas estas cuestiones y nosotros estemos preparados, el riesgo no desaparecerá pero sí será menor.