Desde hace ya unos años venimos escuchando temas referentes al ciberespacio y pon ende de la ciberseguridad y la ciberdelincuencia. Lo “ciber” se hace presente cada vez más en nuestra vida, los robots amenazan con quitarnos nuestro trabajo, de manera que ya hay peticiones para regular que las máquinas inteligentes coticen a la seguridad social y paguen impuestos, como hacemos los humanos.
No, no vamos a hablar de robots y del estatuto jurídico específico que para los que sean verdaderamente autónomos se están planteando regular, con derechos y obligaciones específicas.
Hablaremos de cómo de un tiempo a estar parte, ha quedado ya acreditado que nadie está exento de sufrir un ataque a través de internet, por muy grande o pequeño que seas, la ciberdelincuencia se ha instalado en nuestras vidas y la cuestión es que no estamos preparados y tampoco hacemos mucho para evitarlo.
Datos como los publicados por el Instituto Nacional de Ciberseguridad (Incibe) que señala que en los 10 primeros meses de 2016 ha gestionado un 100% más de incidencias de ciberseguridad que en todo 2015 y cinco veces más que en 2014, demuestran que en España tenemos un problema importante es este tema pero no menor que en el resto de países, y que afortunadamente se van dando pasos en la buena dirección, para que en la medida de lo posible, esas incidencias tengan un alcance menor.
En 2015, el 80% de los delitos informáticos han estado relacionados con estafas cometidas a través de las tecnologías de la información y las alarmas saltan, ya que el grado de profesionalización y complejidad en las técnicas empleadas en el ciberdelito es cada vez mayor.
La seguridad total no existe, pero podemos y debemos hacer más en materia de seguridad
Pero mejor que hablaros sobre el tema, os dejamos este enlace al video en el que desde Marca España, se nos preguntaba sobre las amenazas cibernéticas que indirectamente sufrimos los ciudadanos, la exposición que sufre nuestra privacidad cuando las empresas que tratan, gestionan y custodian nuestros datos son víctimas de robos, pero también a la que nosotros nos dejamos exponer de manera directa, cuando simplemente no protegemos nuestros dispositivos al no disponer de antivirus, al usar contraseñas de muy baja seguridad o al compartir nuestra información de manera consciente y directa en las redes sociales.
La seguridad total no existe, pero lo que no es admisible es que cuando se produce una “brecha de seguridad” que compromete a nuestros datos personales, no sea gestionada de manera correcta (más allá de lo que la LOPD establece) por quien tiene el deber de gestionarlos y custodiarlos.
En España hemos logrado incrementar nuestra concienciación sobre la necesidad de implementar las medidas de seguridad que mitiguen las amenazas cibernéticas siendo indudable que, como señala el artículo*, España dispone de “recursos tecnológicos y experiencia formidables en el ámbito de la ciberseguridad” per tiene asignaturas pendientes en la materia, entre ellas, “fomentar todavía más una cultura de la ciberseguridad fundamentalmente entre los usuarios y responsables de los sistemas de información, tanto del sector privado y particulares como del sector público”
*Artículo incluido en marcaespana.es (puedes leerlo en el enlace)